«—¿Cuál es la finalidad de una partida?
»—Desde el punto de vista del Águila, explorar, verificar y acrecentar la regla. Cada generación de guerreros debe dejar su huella, porque la regla es acumulativa. La herencia del linaje consiste en una serie de posiciones del punto de encaje, a la que las sucesivas partidas van agregando sus propias adquisiciones. Es normal que los linajes lleven un 'diario' de incidentes donde los naguales apuntan sus descubrimientos.
»El interés básico de todo organismo es reproducirse. Por lo tanto, una forma de definirlo, sería decir que la regla es el esquema de un proceso reproductivo. Lo que busca es la perpetuación de la conciencia, algo que, a partir de cierto punto, no puede hacerse por cauces individuales. Los recursos que personalmente adquiere cada guerrero durante su entrenamiento, son logros secundarios.
»Desde el punto de vista de los brujos, el objeto de agruparse es forzar el paso a otro nivel de atención, ya que sin masa energética no hay vuelo.
»—¿Quieres decir que los guerreros solitarios no tienen posibilidades?
»—No. Lo que quiero decir es que una partida puede llegar más lejos.
»Imagínate que vives en una colonia de orugas gregarias en estado de metamorfosis. De repente, uno de los capullos hace eclosión y su morador se marcha en un momentáneo estallido de luz y color. La sensación que te queda es que aquella oruga desapareció. En cambio, para ella, su verdadera vida como mariposa habrá comenzado. Ahora bien, una oruga solitaria es más probable que termine en el estómago de un pájaro.
»Del mismo modo, el objetivo ulterior de los guerreros es el salto definitivo a la tercera atención, la liberación de toda forma de interpretación. La cantidad de energía que hace falta para esto sólo se puede lograr mediante un consenso especial de masa crítica, a fin de generar los acuerdos necesarios para compactar la energía.
»Sin embargo, como muchas partidas no consiguen llegar a su plenitud energética, los naguales han construido un oasis habitable dentro de la segunda atención, un enorme edificio de intento en algún punto alejado del ensueño, a donde van los videntes en solitario o en pequeños grupos. Yo le llamo 'La cúpula del intento', porque tiene esa forma a la vista, pero don Juan prefería llamarle 'El cementerio de los naguales'.
»—¿Por qué le llamaba así?
»—Porque quedarse a vivir en ese espacio implica la muerte literal del brujo. En un sentido nada alegórico, se trata de un cementerio. Aunque quienes eligen ese destino hayan logrado la expansión de la consciencia por un enorme periodo de tiempo, tendrán que prescindir de ella cuando llegue el momento.
»Así que, para muchos brujos, el objetivo inmediato de la partida suele ser la cúpula de los naguales, en la esperanza de poder usarla como puerto de paso donde se acumulan provisiones para una gran expedición. Para llegar hasta allí no es necesario que todo el grupo parta de una vez. En ocasiones, los guerreros elijen marchar de uno en uno. En ese caso, pueden retornar parcialmente, en tanto no se complete la totalidad de la estructura energética del grupo.
»Como comprenderás, los desafíos en que los guerreros se involucran durante su existencia humana son apenas un preludio; lo tremendo viene después. No me preguntes a qué se dedican mientras permanecen en aquel mundo, a ti te sonaría como un cuento de hadas. Lo importante es que todas sus actividades están regidas por la regla.
»Le comenté que, teniendo en cuenta el objetivo de la partida, la regla podía interpretarse como el equivalente prehispánico de lo que otras culturas llamaron 'leyes divinas', es decir, un conjunto de normativas diseñadas para la salvación del hombre.
»Me respondió:
»—No es igual, porque no parte de un ser supremo. El mecanismo de la regla es impersonal, carece de bondad o compasión. No tiene más objetivo que su propia continuidad.
»Dejándose seducir por las analogías, los antiguos videntes cometieron el error de identificar a la regla con sus interpretaciones particulares, y terminaron adorándola y erigiendo templos en su honor. los nuevos videntes repudiaron todo eso. Al explorar el acecho, desempolvaron la esencia de la brujería y redescubrieron la meta de la libertad total, que no se parece en nada a las metas religiosas. Eso borró en ellos la fascinación por el molde humano, pero tuvo un efecto secundario que ya te he explicado: el desenfrenado entusiasmo de los antiguos fue sustituido por actitudes furtivas y de desconfianza.
»El efecto del acecho sobre las partidas terminó traicionando los móviles iniciales. Con el tiempo, el objetivo de la libertad total llegó a plantearse sólo de forma retórica. Casi todos los brujos del linaje de don Juan prefirieron el vuelo a la segunda atención. Exceptuando al nagual Julián Osorio, ninguno de ellos quiso privarse de la aventura y el éxtasis de visitar la cúpula de los naguales, construida de intento allá, en una de las estrellas de la constelación de Orión."
"Encuentros con el nagual. Conversaciones con Carlos Castaneda", Armando Torres, 2002
Como decía Paul Eluard, "hay otros mundos, pero están en este". Sin embargo, no dejan de ser "otros mundos", tan reales como el impuesto por la cultura dominante.
ResponderEliminarDe mi experiencia con el LSD (el de Albert Hofmann, no el matarratas que vino después), de dicha experiencia, decía, no he podido compartir más que las trivialidades por las que, prejuiciosamente, la gente se suele interesar. Tras aquella experiencia, puedo asegurar, ¡vaya si puedo!, que hay otros mundos y que nos los han robado (dangerous knowledge, indeed).
En este solo de Frank Zappa hay tantos mundos que, por mucho que se escuche, siempre descubriremos nuevos. https://youtu.be/MPB8hW9Qqy8
A big hug from out of the box!
Lo primero, gracias por la música, está de fondo mientras te escribo, creo que Zappa también volaba por esos otros mundos y eligió la música como modo de transmitir lo mejor que supo las maravillas que vivió en su inner-travel, por así decir.
ResponderEliminarOtros escogemos las palabras para hacer lo mismo, pero son un vehículo muy limitado para transmitir este tipo de experiencias, sobre todo porque la gente, por lo general, no tiene ningún interés en el mundo interno, ni el propio ni el de los demás. Por lo que no les interesan más que tonterías del tipo de si viste colorines o elefantes rosa.
Hay tantos mundos como posiciones del punto de encaje, el punto donde en el que se concentran los filamentos de la percepción, los videntes del México antiguo dividían esa vastedad en tres categorías: lo conocido, lo desconocido y lo que no se puede conocer. Me alegro de que hayas tenido la ocasión y las tripas de acero para hacer ese viaje y volver de una pieza, muchos de mis conocidos de la adolescencia de los 80`s y juventud de los 90's se rompieron y acabaron en el frenopático o suicidándose; el ser humano es demasiado frágil y está tan condicionado, amaestrado más bien, a creer que sólo hay lo que ves, que cualquier experiencia ajena a la realidad materialista les desconchinfla la mente.
Es maravilloso poder conectar con otro sobreviviente, no sé quién dijo aquello de que: la mente que se abre jamás volverá a su tamaño original. Espero y deseo que la lucha diaria por la conciencia nos permita conservar la individualidad cuando muramos, de cualquier modo no hay marcha atrás, una vez en el camino del guerrero, y con la LIBERTAD en el punto de mira, solo cabe vivir y morir luchando y vender cara la piel.
Supercalifragilisticoespialidosos abrazos!
Espero que te haya gustado esa pieza de Zappa. He escuchado música de toda índole y calidad, pero este solo de guitarra tiene algo que me cautiva cada vez más.
EliminarNo sé si realmente salí indemne de mi experiencia lisérgica, es difícil de saber. Y, ciertamente, a muchos (demasiados) amigos y amigas se los llevo la parca que en aquella época se cebó con los más ilusos. Mi experiencia con el ácido estuvo acotada en el tiempo y tuvo, por así decir, cierto carácter científico. Quiero decir, uno puede tomarse unas cervezas, fumarse unos canutos e incluso meterse unas rayas sin que, en principio y cordura mediante, no suponga un inmediato descalabro psíquico. Con mister lisérgico no se puede actuar así... ¡ponme otra caña! No. El mister citado toma el mando desde el principio, sí o sí. De modo que, tras la primera y reveladora toma, y vistos sus tremendos efectos, decidí que la próxima no debería tener lugar antes de la asimilación completa de la primera. En definitiva, y para no enrollarme más de la cuenta, calculo que fueron más o menos 20 a lo largo de un año, tras el cual di la experiencia por finalizada. Aunque he de decir que en realidad no finaliza nunca: la puerta que abre el LSD no se vuelve a cerrar, del mismo modo que la persona que aprende a pensar no puede dejar de hacerlo. No me arrepiento para nada de haber conocido a tan extraordinaria sustancia. No sé si, tras la experiencia, me conozco mejor a mí mismo ("mí", "mismo", términos problemáticos), pero de lo que sí estoy seguro es de que mis sentidos me conocen mejor a mí y al mundo circundante.
La canción de The Beatles, Lucy in the sky with diamons, no estuvo mal, pero por su manera de elegir, conformar y dirigir el sonido, dijeron más Zappa y Jimmy Hendrix del LSD que los Beatles, british burguesía al fin y al cabo.
Un abrazo muy especial... como las flores del cactus!