Siendo el nodo terminal de mi línea de ancestros y obediente replicadora de la tara del empecinamiento, yo sola me puse la venda y me exilié del mundo copada de rabia y encono contra los hombres. No creo en el arrepentimiento, es tiempo desperdiciado. Sigo adelante dejándote atrás, no me volveré a mirarte. Desharé los nudos, lloraré lágrimas ácidas para aherrumbrar la cadena que me amarra a tu corazón. Desesperaré, pues ningún hado de mi linaje tendrá la bondad de obsequiarme la oportunidad de liberarme de la necedad.
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