En septiembre de 2015, las autoridades de Estados Unidos
destaparon el escándalo de emisiones del consorcio alemán. Volkswagen llevaba
años engañando a las autoridades y a los clientes. Once millones de vehículos
fueron manipulados para ocultar que contaminaban mucho más de lo permitido. En
Estados Unidos, la empresa ya ha tenido que pagar 30.000 millones de euros y
dos empleados han sido condenados allí a prisión. Seguir leyendo.
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