sábado, 28 de diciembre de 2019

Guía del autoestopista espiritual - Sobre Ubik, perdón, sobre Dios



“-¿Qué es el Ubik? –preguntó Joe, deseando retenerla.

-Un bote de aerosol de Ubik –respondió la joven- consistente en un ionizador negativo portátil, con una unidad autocontenida, de alto voltaje y baja densidad, alimentado por una pila de helio de veinticuatro kilovatios de ganancia máxima. Los iones negativos reciben un giro de sentido contrario a las agujas del reloj, que les imprime una cámara de aceleración de nuevo diseño, creadora de una fuerza centrípeta tal que las partículas ganan cohesión en vez de disiparse. Un campo iónico negativo reduce la velocidad de los protofasones habitualmente presentes en la atmósfera. Al disminuir su velocidad dejan de ser protofasones y, según el principio de paridad, ya no pueden enlazarse con los protofasones irradiados por individuos conservados en friovainas, lo cual significa, al menos durante un cierto lapso de tiempo, un incremento de la intensidad del campo de actividad protofasónica… que es experimentado por el semivivo en forma de un aumento de la vitalidad y una atenuación de las sensaciones de frío, características de las temperaturas de hibernación. Por ello no le resultará difícil comprender por qué las formas degeneradas de Ubik no lograban…

-Lo de los iones negativos es una redundancia –dijo Joe de forma refleja-. Todos los iones son negativos.

La chica se alejó de nuevo.

-Espero volver a verle –dijo gentilmente-. Ha sido una satisfacción para mí traerle el aerosol. Quizá la próxima vez…

[…]

“Yo soy Ubik. Antes de que el universo existiera, yo existía. Yo hice los soles y los mundos. Yo creé las vidas y los espacios en los que habitan. Yo las cambio de lugar a mi antojo. Van donde yo dispongo y hacen lo que les ordeno. Yo soy el verbo, y mi nombre no puede ser pronunciado. Es el nombre que nadie conoce. Me llaman Ubik, pero Ubik no es mi nombre. Soy. Seré siempre.”

“Ubik”, Philip K. Dick, 1969

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