Algo está pasando en el mundo, algo gordo de verdad. A los poderosos les están creciendo los enanos, cada día emergen de entre el fango las raras flores de los hechos verdaderos y los putos iluminados que se creyeron con el poder de controlar al resto de la humanidad vendiéndonos mentiras a todo pasto van a tener que empezar a contarnos otra historia.
En el caso de este bendito y maltratado país, coincidiendo con la inminente muerte y ascensión a los cielos del expresidente Adolfo Suárez, se empiezan a reventar las heridas mal cerradas de la guerra civil y la transición y, cual pus, se va derramando la fea verdad: el asqueroso y malévolo imperio americano nos echó las garras y mantiene bien apretado nuestro corazoncito de habitantes del país de los conejos y las serpientes.
En Alemania empieza a pasar otro tanto de lo mismo. Los revisionistas de la Segunda Guerra Mundial llegan a unas conclusiones diferentes a las del aparato propagandístico norteamericano. En ningún momento niegan que en la Alemania nazional-socialista se cometieron tremendos crímenes contra la humanidad, pero también tienen ojos para los crímenes de los otros bandos combatientes: el ruso y el aliado. Este último apartado, el de los crímenes de guerra del bando aliado, está documentado entre otros por el escritor canadiense James Bacque. En el libro Other Losses, Bacque, cuenta el holocausto oculto del ejército norteamericano en la Alemania de la posguerra.
Nadie puede alegrarse por tantísimas y cruelérrimas muertes sin sentido, pero sí de ver al fin a la Verdad asomar la nariz por entre el fango putrefacto en el que la habíamos enterrado. Sucia y maloliente ahí está Ella.
Enhorabuena por este interesantísimo post que arroja luz sobre hechos apenas conocidos. Ya se sabe, la historia la escriben los vencedores. Ahora toca que la reescriban los auténticos historiadores.
ResponderEliminarSalud!
Estamos teniendo una sobredosis de democracia al estilo norteamericano y ya va siendo hora de liberarnos.
EliminarSalud amigo!