Un océano del Tiempo
Puerta a otra clase de conciencia
Un pozo sin fondo
Devorador de polvo de estrellas
Y de materia negra.
Cuarta, quinta dimensión
Un trascender
La muerte de todo deseo
El Dios del ateo
Un enigma intrigante
Imaginado por el intelecto.
Curvatura y densidad
Gravitando en tu cintura
De estrella muerta
El nacimiento de la magia
El último suspiro de la ciencia.
Mapa inconcluso
De tierras inexploradas
Bordeadas de dragones
Quizás la nada.
Fuente de maravillas
Pupila gigante
Bestia original
Somos el krill y tú la ballena.
Implacable, remoto, inexorable
Un viaje al revés
Padre y Madre.
Origen de aventuras
Emoción electrizante
Idioma incomprensible
De astro decadente
Quizá algo demente…
Sin tira ni afloja
Tú imperas siempre
En ti y en tus alrededores.
Entidad insaciable, colapsante,
devoradora
¿Tienes conciencia de tu existencia?
¿Alcanzaste el esplendor de tu divina forma?
¿Desde qué distancia nos miras?
¿Hasta dónde acercarse?
Entrar en tu territorio
Abismarse en lo ignoto
Vivir en tu sueño.
Sentirse nada
Y nada ser en tu cercanía
Y estar lejos todavía
De la invisible línea
De tu horizonte de eventos
Espaguetizarse en tus fauces
De ocultos conocimientos.
Cambiarse por ti
Ser tú por un instante
Surfear en tu interior
Formar parte de algo mayor
Convertirse en tus ‘piones’
Ser nanobits de información.
Un poco de materia oscura
Un poco de experiencia
Sazonados de fotones
Y una pizca de pimienta.
La singularidad de tu boca
Saliva que nos descompone
Para podernos digerir
Restos de civilizaciones
Que nos parecen eternas
Y placer efímero para ti.
Te quedas con lo mejor
Y lo demás ¿lo desechas?
Salir por el otro lado
Reaparecer como restos
Como abono para las berzas
Nos imagino bacterias
Excretadas por los gusanos
Del compost de los Dioses
Quizá más tarde seamos rosas
De esas rosas siderales…
No hay comentarios:
Publicar un comentario