domingo, 26 de agosto de 2018

Del Homo Razonabilis al Homo Perceptibilis


"Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería ante los hombres como realmente es: Infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna."

William Blake


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“El Diablo hizo los ex-sacramentos con cosas que no se pueden reconocer, malas de comer. Acaso con algunas formas que se agitan alrededor, bestias fieras, pájaros difíciles de identificar, que no son corrientes. Muy peligrosa es su palabra, doble, oscura.”

Fraile Andrés de Olmos 
Tratado de las Idolatrías de la Nueva España, 1536.



PRÓLOGO


Aun cuando durante la conquista de México los españoles pudieron presenciar actos asombrosos de transformación entre los indígenas, como dan testimonio los historiadores de la época en sus crónicas (aparte de que aún quedan evidencias de tales hechos grabadas en esculturas y pinturas murales en diversas iglesias del país), ellos no supieron aprovechar la gran oportunidad que se les presentaba para estudiar una cultura distinta o explorar las nuevas posibilidades perceptivas que atestiguaban. En lugar de esto, tacharon los actos que veían como “obras del demonio”, razón por la cual los persiguieron, los mataron y los dieron por exterminados, olvidando luego el asunto, ya que sus ojos estaban fijos en el metal amarillo que los indígenas despreciaban porque tenían a la mano algo que consideraban de mucho más valor: el conocimiento de un vasto mundo mágico.


Los investigadores modernos, científicos brillantes, luchan por desentrañar los misterios del universo; para eso, construyen sofisticadas naves espaciales cada vez más complejas. Lo hacen, aun sabiendo que, hagan cuanto hagan, jamás podrán vencer físicamente las enormes distancias de miles de millones de años luz, verdaderas barreras que nos separan de otros cuerpos celestes. Y lo más triste es que, si acaso algún día lograsen vencerlas, seguramente harían con las otras razas que llegasen a encontrar, lo mismo que los conquistadores les hicieron a nuestros hermanos indígenas. ¡Que no se olvide! Todos los europeos y sus descendientes tenemos una deuda para con ese pueblo.

Sin embargo, hubo otro tipo de investigadores que tomaron una vía distinta para descifrar los misterios del Universo y que afirman haber logrado resolver de una manera práctica la cuestión del tiempo y el espacio. Sus herederos son los brujos modernos, quienes, en vez de tratar de manejar las cosas desde la física, como lo hace nuestra ciencia actual, enfocaron sus esfuerzos en la comprensión y el manejo de la energía; disciplina aún desconocida en nuestras universidades.

Con la aplicación de ese conocimiento, los brujos viajan libremente por todo el Universo en tiempo cero, sin importar la distancia a recorrer ni el costo, que no se mide en litros de combustible, sino en intensidad de atención. Aseguran que el secreto radica en la manipulación de la conciencia, allí donde todo se reduce a energía. Partiendo de esa premisa, ellos se lanzan a la exploración de lo desconocido.


¿Qué hubiera pasado si los europeos de hace quinientos años, en lugar de concentrarse en la conquista y la destrucción, hubiesen aprovechado la oportunidad que se les presentaba? Probablemente nunca lo sabremos pero puede que hoy, cinco siglos después, el ser humano como raza ya fuera un viajero frecuente del Cosmos.

El hombre de razón camina hacia su extinción. La egomanía resultante de la importancia personal y la autocompasión llevan al ‘homo sapiens’ u ‘homo razonabilis’ hacia su final. En su lugar, aparecerá una nueva raza: el ‘homo perceptibilis’; ésos serán seres mágicos que viajarán libremente por el oscuro mar de la conciencia. Veo el surgimiento de un mundo nuevo, donde la “magia” y la tecnología coexistirán en perfecta armonía.

En este libro, Armando nos ofrece una magnifica descripción de su aprendizaje junto a los curanderos de México que lo adoptaron como ayudante. Nos muestra de forma clara que la realidad que percibimos depende completamente de dónde fijamos nuestra atención. Así que, el mito de los brujos, aun cuando parezcan patrañas al hombre occidental, es en verdad una descripción distinta del mundo. Desde esta óptica, si lo que el investigador busca son resultados, las prácticas que siga para lograrlo no tienen mucha importancia, lo que importa es que funcionen.


El mito de los brujos, por lo tanto, no es una mentira, como insinúa el nombre, sino una representación alterna de la realidad. Sus descripciones son sostenidas por la voluntad de esos hombres poderosos y se encuentran vigentes aún hoy día. Ellos la aplican en su vida diaria de forma práctica y, de hecho, dicen ellos que funcionan tan bien como nuestras propias descripciones basadas en la razón.

El hombre moderno, al describir su mundo, lo hace de manera tan metódica y detallista que no le queda ni siquiera una mínima fisura por donde escapar. De ahí la sensación de estar embotellado, de no tener paz, no tener salida, hechos que generan tanta depresión. El resultado es el terrible estado destructivo en que se encuentra la humanidad. “Lo que el hombre moderno necesita es volver a soñar sueños de poder y magia.”

He oído muchas especulaciones respecto a si Carlos logró o no su meta.

– ¿Usted cree que Carlos Castaneda haya alcanzado la libertad? – me preguntan con frecuencia.

¡Claro que sí! Él, al igual que Calixto Muni, salió victorioso de su batalla. Carlos ha logrado dar un salto mortal con el pensamiento y es libre. “No se deben poner trabas al pensamiento, ése es el gran truco de los brujos.”

En esta obra, Armando ofrece las herramientas para liberarnos de las cadenas de la racionalidad, abre las cortinas del otro mundo y nos brinda una nueva descripción, al develar el mito de los brujos curanderos. Nos muestra una realidad que no es nuestra descripción cotidiana, pero que sigue muy vigente en algunas comunidades rurales de México.

De modo que, en este punto, es justo advertir al lector sobre la necesidad de suspender el juicio y aproximarse a este asunto con un criterio amplio, una mente abierta y una actitud de verdadera investigación. Armando nos invita a entrar en un mundo mágico, donde nuestras más extravagantes fantasías pueden volverse realidad. Nos demuestra que las experiencias de los brujos están al alcance de cualquiera, es tan sólo querer abrirse a ellas.

A mí, en lo particular, esta obra me deja un raro sabor de boca, al darme cuenta que, de hecho, no estamos conscientes de nuestras verdaderas posibilidades como seres humanos. Al igual que todos, yo no esperaba un nuevo libro por parte de Armando, tomando en consideración sus repetidas negativas al respecto; así que esta obra fue para mí motivo de una gran sorpresa y deleite; espero que ustedes la disfruten tanto como yo.

J.Y.

Prólogo al libro de Armando Torres “El secreto de la serpiente emplumada” 2010

Por Juan Yoliliztli