La realidad... que es poco comercial. Porque, en ella, buenos y malos se confunden en un imprevisible amasijo de circunstancias que dejan guiones y cámaras hechos unos zorros. Porque hay que pensar por uno mismo y deducir, en contra del prejuicio estético que nos han colado como un virus en nuestra teledirigida mirada. Porque el estilizado héroe y la esbelta heroína resultan ser muy distintos y, claro, ¿cómo van anunciar en las pausas publicitarias el producto ideal? Es la Apocalypshit, sí.
Supongo que lo poco comercial tiene cada día más adeptos, hay un hartazgo por lo correcto, por lo "polite" en las audiencias. En el experimento anterior de los creadores de The Bridge, Homeland, han conseguido con la misma fórmula de rubia loca, héroe poco agraciado y atípico y trama desveladora de muchas de las miserias del régimen USA, un éxito inmenso. Puede que nos estemos cansando de los colorantes, edulcorantes y conservantes de los productos del entretenimiento.
La realidad... que es poco comercial. Porque, en ella, buenos y malos se confunden en un imprevisible amasijo de circunstancias que dejan guiones y cámaras hechos unos zorros. Porque hay que pensar por uno mismo y deducir, en contra del prejuicio estético que nos han colado como un virus en nuestra teledirigida mirada. Porque el estilizado héroe y la esbelta heroína resultan ser muy distintos y, claro, ¿cómo van anunciar en las pausas publicitarias el producto ideal?
ResponderEliminarEs la Apocalypshit, sí.
Supongo que lo poco comercial tiene cada día más adeptos, hay un hartazgo por lo correcto, por lo "polite" en las audiencias. En el experimento anterior de los creadores de The Bridge, Homeland, han conseguido con la misma fórmula de rubia loca, héroe poco agraciado y atípico y trama desveladora de muchas de las miserias del régimen USA, un éxito inmenso. Puede que nos estemos cansando de los colorantes, edulcorantes y conservantes de los productos del entretenimiento.
EliminarOjalá!