Es un hecho que la quema de combustibles fósiles aunque no fuera la causa del calentamiento global (si existiese tal cosa) es sucio, muy sucio y resulta carísimo proteger los intereses de las petroleras en los países productores; casi todas -por no decir todas- las guerras actuales se localizan en los países que producen algo que el resto del mundo quiere o necesita y que monopolizan unas pocas multinacionales. No se trata de que vayamos a remolque de algunos países poderosos sino de la cantidad de poderosas corporaciones que tiene un país.
Hasta ahora no me ha llegado noticia de que el gobierno de ningún país haya dicho: "venga, consumamos menos" o "como somos un gobierno independiente de las petroleras, las hidroeléctricas, los bancos y las alimentarias, vamos a potenciar la investigación y el desarrollo de energías alternativas, más baratas y limpias"; más bien actúan como si pensaran algo así: "sí, dejaremos de fumar, pero cuando se acabe el tabaco". Seguramente algún mandatario en algún país intentó alguna vez salir de entre las correas de esa camisa de fuerza, pero esos pobres locos ha durado menos que el agua en una cesta.

No es de extrañar por tanto que haya en España una legión de extáticos adoradores de Ntra Sra de la Segunda Ley de la Termodinámica, quienes jamás se plantearán siquiera que no es ningún drama que se acaben los combustibles fósiles o que ya existen desde hace tiempo alternativas más que viables.
Hace unos pocos años en el divertidísimo programa dedicado a los coches Top Gear, James May, presentó el modelo de pilas de combustible de hidrógeno de la General Motors, un coche cuyo combustible es agua salada y capaz de crear más electricidad de la que consume, electricidad que podría emplearse en el circuito de generación de hidrógeno.
Naturalmente, el vídeo ha sido retirado de la red (éste que veis es un milagro) al director del proyecto de GM, Byron McCormick, le han retirado los fondos para investigación y ha dimitido y las poderosísimas Dutch Shell y British Petroleum se han hecho con la patente de la tecnología. Genial.