"– Hay dos clases de viajes energéticos a otros mundos -prosiguió-. Uno es cuando la conciencia levanta al cuerpo energético y lo lleva adonde fuere y el otro es cuando el brujo, con plena lucidez, decide usar la avenida de la conciencia para hacer el viaje. Tú has hecho la primera clase de viaje. Se requiere de una tremenda disciplina para hacer la segunda clase.
Después de un largo silencio, don Juan
declaró que en la actividad de los brujos hay asuntos que requieren de un
manejo muy delicado y experto. Tratar con la conciencia con un elemento abierto
al cuerpo energético es el más importante, vital y peligroso de esos asuntos.
No tuve nada que comentar. Me puse ansioso
de repente, pendiente de cada una de sus palabras.
– Por ti solo no tienes suficiente energía
para llevar a cabo la última tarea de la tercera compuerta del ensueño
-prosiguió- pero si te aúnas a Carol Tiggs, ustedes dos pueden ciertamente
hacer lo que tengo en mente.
Hizo una pausa, aguijoneándome con su
silencio para que le preguntara qué era lo que tenía en mente. Lo hice. Su risa
únicamente aumentó lo siniestro de mi estado de ánimo.
– Quiero que rompas con los límites del
mundo diario y que entres en otro usando la conciencia como un elemento
energético -dijo-. Este romper límites y entrar en otro mundo es el equivalente
a acechar a los acechadores. Usar la conciencia como un elemento del medio
ambiente pasa por alto la influencia de los seres inorgánicos, pero deja el
paso libre para usar su energía.
No quiso darme más informes para no
influenciarme demasiado. Creía que cuanto menos supiera de antemano, mejor. No
estuve de acuerdo, pero me aseguró que si algo inusitado sucedía, mi cuerpo
energético era perfectamente capaz de tomar las riendas.
Del restaurante fuimos a la oficina del
abogado. Don Juan concluyó rápidamente con sus negocios, y en cosa de nada, nos
encontrábamos en un taxi en camino al aeropuerto. Don Juan me informó de que
Carol Tiggs iba a llegar en un vuelo desde Los Ángeles, exclusivamente a
ejecutar la última tarea de ensueño conmigo.
– El valle de México es un espléndido
lugar para llevar a cabo la clase de brujería que ustedes dos necesitan
–comentó-.
– Todavía no me dijo cuáles son los pasos
exactos a seguir -dije.
No me contestó. No hablamos más, pero
mientras esperábamos a que el avión aterrizara me explicó el procedimiento a
seguir. Tenía que ir al cuarto de Carol Tiggs en el hotel Regis y después de
entrar junto con ella en un estado de total silencio interior, teníamos que
deslizarnos velozmente al ensueño, expresando en voz alta nuestro intento de ir
al reino de los seres inorgánicos.
Lo interrumpí para recordarle que yo
siempre había tenido que esperar a que apareciera un explorador, antes de que
pudiera manifestar en voz alta mi intento de ir al mundo de los seres
inorgánicos.
Don Juan se rio entre dientes y dijo:
– Tú y Carol Tiggs nunca han ensoñado
juntos. Vas a descubrir lo que es un deleite. Las brujas no necesitan de ningún
sostén. Ellas simplemente van a ese mundo cuando quieren; para ellas hay
siempre un explorador listo.
Yo creía tener cierto grado de experiencia
en el trato con los seres inorgánicos, y no podía creer que las brujas fueran
capaces de hacer lo que él aseveraba. Cuando le mencioné mis dudas, don Juan
respondió que yo no tenía experiencia acerca de lo que las brujas eran capaces
de hacer.
– ¿Por qué crees que traje a Carol Tiggs
conmigo cuando tuve que sacarte del mundo de los seres inorgánicos? -preguntó-.
¿Crees que lo hice porque es hermosa?
– ¿Por qué lo hizo, don Juan?
– Porque yo no lo podía hacer solo y para
ella eso no fue nada. Tiene una afiliación natural con ese mundo.
– ¿Es ella un caso excepcional, don Juan?
– Las mujeres en general tienen una
inclinación natural por ese reino, por supuesto que las brujas son las
campeonas, pero Carol Tiggs es la mejor de las que yo he conocido. Como mujer
nagual su energía es espléndida.
Creí haber sorprendido a don Juan en una
seria contradicción. Me había dicho que los seres inorgánicos no estaban en lo
absoluto interesados en las mujeres, y ahora afirmaba lo opuesto.
– No. No estoy afirmando lo opuesto
-remarcó cuando le eché en cara su contradicción-. Te he dicho que los seres
inorgánicos no persiguen a las mujeres, van únicamente tras los hombres, pero
también te dije que los seres inorgánicos son femeninos, y que el universo
entero parece ser femenino. Así que saca tus propias conclusiones."
El arte de ensoñar - Carlos Castaneda, 1994
Euvolución: Término inventado que significa evolucionar del mejor modo.