En Guerras sucias, Jeremy Scahill, autor del
bestseller Blackwater, nos adentra en las nuevas guerras encubiertas de Estados
Unidos. Los soldados que libran esas batallas actúan dentro y fuera de los EE.
UU. cumpliendo las órdenes dela Casa Blanca, y hace todo lo necesario para
perseguir, capturar o matar a aquellos individuos que el presidente considere
enemigos.
Guerras sucias desvela la existencia de unos
soldados de élite que son reclutados entre las filas de los SEAL de la Armada,
la Fuerza Delta, la antigua Blackwater (y otras empresas de seguridad privada),
la División de Actividades Especiales de la CIA y el Mando Conjunto de
Operaciones Especiales (JSOC) y que operan en más de un centenar de países. Las
fuerzas de operaciones especiales están financiadas a través de «presupuestos
reservados» y llevan a cabo misiones en zonas «no reconocidas», practican asesinatos
selectivos, raptan y apresan individuos, y lanzan ataques con drones (aparatos
aéreos no tripulados pero armados), aviones AC-130 y misiles de crucero. Y
aunque fue la administración Bush la que desplegó estas milicias fantasma, el
presidente Barack Obama ha expandido sus operaciones, dotándolas de mayor
alcance y legitimidad.
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